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Kruger National Park |
De Eswatini al Kruger National Park
Después de visitar el
Hlane Royal National Park en el Reino de Eswatini, la siguiente parada en nuestra ruta por Sudáfrica era el plato estrella del viaje: el
Kruger National Park, al cual ya le teníamos muchas ganas. Hasta el momento habíamos visitado ya la zona de Cape Town y los viñedos, y habíamos visto algunos parques interesantes como el
Parque del Humedal de iSimangaliso o el
Parque Hluhluwe–Imfolozi. Después de una intensa mañana en la que nos habíamos despertado a las 5 para poder hacer el
Sunrise Game Drive en el
Hlane Royal National Park, y en el que habíamos podido ver a tres leones pasearse a un par de metros nuestro, sobre las 8 ya estábamos de camino a la frontera para dejar atrás
Eswatini y entrar de nuevo en
Sudáfrica.
La carretera hasta la frontera de
Mananga (MR3 y MR24), desde la que queríamos entrar a Sudáfrica, resultó ser más pesada de lo que pensábamos, ya que gran parte de la misma estaba en obras, y resultó tener sorpresa. En un tramo en que la carretera sí que estaba asfaltada, de golpe vimos como una agente de policía nos hacía señas para que paráramos en el arcén y vimos que a su lado, agazapado en el suelo, había otro agente de policía con un radar de tráfico manual que parecía sacado de un museo de antigüedades. Efectivamente, con el radar habían detectado que íbamos a 83 km/h por un tramo donde solamente se podía ir a 60 km/h, nada que objetar. Muy amablemente, la agente nos indicó que debíamos abonar la multa correspondiente por tal exceso de velocidad y que subía a un total de 60 rands (sí, poco más de 3,5 euros). Una vez pasado el susto, salimos de Eswatini por la frontera de Mananga, donde hicimos los trámites para cruzar bastante rápidamente y en poco más de una hora ya entramos en el
Kruger National Park.
Teníamos por delante tres días y medio para dedicar al Parque de Kruger y habíamos podido reservar las dos primeras noches en el campamento de
Skukuza y la última noche en el campamento de
Satara. La reserva de alojamiento dentro del parque puede ser un poco compleja y difícil, sobre todo en casos como el nuestro en el que buscábamos poder estar los cinco juntos en una misma cabaña. Cuando empezamos a planificar el viaje, y viendo que con tres días era imposible abarcar mucha zona del parque, decidimos centrarnos en la parte sur, más concurrida, pero a priori con muchas posibilidades de ver animales. Nuestra primera idea fue alojarnos una noche en
Lower Sabie, otra en
Skukuza y la última en
Satara, pero cuando fuimos a intentar reservar con más de 8 meses de antelación ya no había disponibilidad para todo lo que queríamos. No obstante, conseguimos hacer una primera reserva que, por lo menos, nos garantizaba poder dormir en el parque las dos primeras noches en
Skukuza, en dos bungalows diferentes para dos y tres personas cada uno, y la última noche en
Satara en un
guest cottage donde si cabíamos los cinco.
Todo el proceso de reserva del alojamiento en el Kruger National Park se realiza a través de la página web oficial de
South African National Parks (SANParks) y una de las ventajas que tiene es que una vez hecha la reserva siempre estás a tiempo de hacer cambios o modificaciones si van cambiando las condiciones de tu viaje o si van quedando disponibles alojamientos que antes estaban reservados, solamente hay que ir mirando a menudo en la página web para ver si se libera alguna cabaña. Este fue el caso y finalmente pudimos hacer un cambio en
Skukuza que nos permitió una de las dos noches dormir los cinco juntos en una cabaña grande. Además, esto nos supuso un ahorro y generó un saldo favorable que quedo en nuestra cuenta para utilizarlo allí directamente o pedir la devolución cuando nos marcháramos.
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Kruger National Park (Crocodile Bridge Gate) |
Decidimos entrar al parque por la
Crocodile Bridge Gate, pues habíamos leído que toda esa zona junto con la del
Lower Sabie Restcamp era bastante bonita y con bastantes posibilidades de ver animales, así que queríamos aprovechar bien el primer día. Lo primero que hicimos justo entrar fue comprar el famoso libreto del parque (
El Mapa) que está disponible en muchos idiomas, incluido el español, y que por 90 rands (5 euros) te da información bastante detallada de la flora, la fauna, los campamentos y las carreteras de todo el parque. Es un buen complemento para guiarte por las diversas rutas del parque, con el que además los niños se lo pasaron en grande buscando y señalando los animales que íbamos viendo.
Después de haber estado en algunos parques como
Hlane Royal National Park,
Hluhluwe-Imfolozi o
iSimangaliso, teníamos nuestras dudas sobre qué nos encontraríamos en Kruger y si la fama que tenía era merecida o no. Desde el primer quilómetro supimos que, sin duda, la fama era más que merecida. Dedicamos lo que quedaba del día a la zona de
Lower Sabie y a las carreteras que subían hasta
Skukuza y fue un festival de animales, los niños iban contando las diferentes especies que íbamos viendo, algunos como los antílopes por decenas porque no daba ni tiempo.
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
Desde
Crocodile Bridge subimos por la carretera H4-2 hasta tomar
Gomondwane Loop (S130), luego llegamos a
Lower Sabie y subimos por la H4-1 que va paralela al río Sabie hasta el campamento de
Skukuza.
Llegamos a
Skukuza con tiempo para hacer el
check in e instalarnos antes que cerraran el campamento a las 6 de la tarde. Esa primera noche íbamos a dormir separados en dos bungalows, así que nos instalamos dejando la mayoría de bultos solo en uno de los dos y nos fuimos a cenar al restaurante del campamento. Como casi todos los días anteriores, y como haríamos también los siguientes días en Kruger, al mediodía acostumbrábamos a comer algún bocadillo en el coche para aprovechar las horas de sol al máximo, mientras que por la noche cenábamos bien y tranquilamente en el restaurante del campamento. El
Cattle Baron Grill & Bistro de
Skukuza resultó ser un lugar bastante agradable y con una comida deliciosa, cenamos a base de hamburguesas y filetes, con postre y vino incluidos, por 770 rands los cinco (47 euros).
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Bungalow LB3 en Skukuza |
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Bungalow LB3 en Skukuza |
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Chateaubriand en el Cattle Baron Grill & Bistro |
Al día siguiente nos levantamos a una hora prudente, desayunamos en el porche de nuestro bungalow y recogimos todo el equipaje, ya que al volver al campamento por la tarde nos íbamos a alojar en una nueva cabaña donde cabríamos los cinco. Antes de salir del campamento nos fuimos al lado de recepción donde había un gran mapa del parque con los animales que se habían avistado el día anterior. Aunque solamente es indicativo, siempre puede ayudar a organizar un poco la jornada y es un recurso que se encuentra en todos los campamentos que vimos.
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Paneles informativos en Kruger National Park |
En base a la información que vimos en el mapa y a lo que teníamos apuntado, decidimos dedicar el día principalmente a las zonas de
Sabie River Road (S3),
Doispane Road (S1),
Waterhole Road (S65),
Malelane-Skukuza Road (H3),
N’watimhiri Road (S21) y
Skukuza-Lower Sabie Road (H4-1), parando finalmente a comer unos bocadillos otra vez en el campamento de
Lower Sabie. El día anterior había sido la zona donde habíamos visto más animales y, según los mapas, en la carretera que unía este campamento con
Skukuza (H4-1) se habían visto muchos felinos.
Aunque este tramo de carretera asfaltado tiene bastante tráfico, lo cierto es que pudimos ver bastantes animales, incluidos leones y un par de leopardos. Una de las paradas que más nos gustó, imprescindible en esta zona aunque también muy concurrida, fue la de la laguna llamada
Sunset que está justo saliendo del campamento de
Lower Sabie en dirección a
Skukuza por la carretera H4-1.
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Kruger National Park |
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Llegamos otra vez a
Skukuza sobre las cuatro y media de la tarde después de más de 9 horas dando vueltas por el parque casi sin parar, pero ni los niños se habían quejado. Después de instalarnos en la nueva cabaña, mucho más grande pero más sencilla, volvimos a cenar al
Cattle Baron Grill & Bistro y sobre las nueve de la noche ya estábamos durmiendo.
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GC6D guest cottage en Skukuza |
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GC6D guest cottage en Skukuza |
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GC6D guest cottage en Skukuza |
En nuestro último día en
Kruger National Park teníamos que llegar a dormir al campamento de
Satara, más al norte, así que dedicamos toda la mañana en ir subiendo poco a poco. Subimos por la carretera principal H1-2 en dirección
Satara y nos desviamos para ver la zona de
Orpen Dam, donde nos cruzamos con una manada de centenares de búfalos que iban hacia la laguna y tuvimos la gran suerte de encontrarnos con dos leones durmiendo al lado de la carretera. Luego seguimos subiendo por la principal H1-3, parando a ver un magnífico árbol Baobab y acabamos llegando a
Satara.
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Kruger National Park |
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Kruger National Park |
Después de más de siete horas por carreteras donde se nos cruzaron manadas de elefantes y de búfalos, donde vimos leones durmiendo al sol, jirafas, cebras, hipopótamos y miles de impalas repartidos por todas partes, llegamos al campamento sobre las dos de la tarde. Nos instalamos en nuestra cabaña de cinco personas, también muy sencilla, y descansamos hasta las cuatro y media de la tarde cuando salía el
Sunset Game Drive que habíamos contratado para esa noche.
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GC6BD guest cottage en Satara |
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GC6BD guest cottage en Satara |
Con el cambio que habíamos hecho de alojamiento en
Skukuza unos meses atrás, pasando de dos cabañas pequeñas a una cabaña para cinco, nos habíamos ahorrado un dinero que quedaba retenido en nuestra cuenta hasta que lo quisiéramos recuperar o hasta que lo gastáramos en otro producto del parque. Con este importe habíamos decidido reservar para nuestra última noche en Kruger un
Game Drive nocturno en
Satara, ya que habíamos hecho uno de mañana en
Hlane Royal National Park y ahora queríamos ver cómo sería el atardecer en Kruger. El
Sunset Game Drive lo reservamos el día anterior desde
Skukuza y nos costó 1.158 rands a los cinco (70 euros).
Habíamos tenido dudas de si gastar este dinero o no en hacer una salida con guía, cuando durante el día ya se pueden ver muy fácilmente a los animales, pero creíamos que oportunidades así hay pocas y había que aprovecharla. Las salidas guiadas tienen algunas ventajas importantes, para empezar el conocimiento del medio y de la fauna por el propio guía, también el hecho de poder salir de las rutas señalizadas y, finalmente, otra ventaja es el poder alargar la visita más allá de las horas de apertura para el público del parque. En nuestro caso la salida nocturna mereció la pena, poco antes de que anocheciera nuestro conductor se metió campo a través siguiendo algún rastro que solamente él podía ver, hasta que encontró un grupo de unos dieciocho o diecinueve leones descansando. Paramos a pocos metros de ellos y, aunque quizás solamente fueron 10 minutos los que estuvimos allí parados hasta que poco a poco se fueron marchando los leones, ese momento fue realmente especial. El resto de la salida nocturna no fue especialmente fructífero, pero fue una bonita experiencia y aprendimos bastantes detalles que el guía nos fue explicando. Cuando regresamos a
Satara nos fuimos a cenar al restaurante del campamento, no tan bonito ni bueno como el de
Skukuza, y a las 9 de la noche ya estábamos durmiendo.
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Kruger National Park |
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