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Cape Agulhas |
De Hermanus a Swellendam pasando por Cape Agulhas y De Hoop Nature Reserve
Eran pasadas las 12 y media del mediodía cuando salíamos de Hermanus tras la inolvidable experiencia que habíamos tenido ese día avistando ballenas, delfines y orcas con el catamarán de
Southern Right Charters. Esa noche teníamos que llegar a dormir a
Swellendam, zona de viñedos y tercera ciudad fundada por los colonos holandeses allá por el siglo XVIII, y nuestra intención inicial era poder visitar antes o bien
Cape Agulhas o bien la reserva natural
De Hoop, de la que habíamos oído hablar tan bien.
Decidimos ir primero a
Cape Agulhas y, en función del tiempo que dedicáramos al lugar, ya decidiríamos después que hacer. A medio camino paramos en un supermercado de un pueblo y compramos un poco de comida para preparar unos bocadillos y comerlos directamente en el coche. Con toda la emoción de la excursión en barco no habíamos ni pensado en ir a ningún restaurante y, como todavía nos quedaba un buen trecho hasta Cape Agulhas, ya nos pareció bien comer algo rápido.
Llegamos al faro de Cape Agulhas pasadas las 2 de la tarde, dejamos el coche justo debajo en un pequeño aparcamiento que hay, y subimos para hacer algunas fotos y disfrutar de las vistas. El faro es muy bonito, aunque no está en una posición tan espectacular como el
Cape Point Lighthouse en el Cabo de Buena Esperanza. Ya sea en coche como caminando, desde el mismo faro hay un camino de tierra que va bordeando la costa hasta llegar al
Southern Tip of Africa, el punto geográfico que está situado más al sur de África y que marca la línea donde se dividen los océanos Índico y Atlántico. Un lugar que, aunque quizás no esté en un entorno tan bonito como el de
Cape of Good Hope, sí que desprende una magia especial. No hay muchos lugares en el mundo donde uno pueda estar viendo dos océanos cuando se encuentran.
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Agulhas |
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Faro de Cape Agulhas |
Sin más, puesto que la visita en sí a Cape Agulhas es rápida y se llega fácilmente en coche, decidimos que intentaríamos llegar a
De Hoop Nature Reserve aunque solamente fuera para visitar la famosa zona de las dunas blancas. El trayecto hasta llegar allí ya sabíamos que sería de más de hora y media y suponía desviarnos un poco del camino a Swellendam, así que tendríamos poco más de una hora para visitar la zona. Con lo que no contábamos era que tanto para llegar a la zona de
Koppie Alleen, en
De Hoop Nature Reserve, como luego para salir, tendríamos que pasar por un larguísimo tramo de carretera de tierra que se nos hizo bastante pesado a pesar de lo bonito del paisaje rural y de la fauna que se podía observar. Llegamos a
Koppie Alleen tras pasar por taquilla (gratuito con la
Wild Card), donde ya nos avisaron que a las seis de la tarde teníamos que estar fuera del parque. Lamentablemente solo pudimos pasar una hora paseando (los niños corriendo) por la playa y las grandes dunas blancas de arena desde las que pudimos observar más de 12 ballenas que nadaban justo delante en la costa. Solamente por ese poco tiempo ya nos mereció la pena el trayecto, aunque obviamente recomendaríamos poder dedicarle como mínimo medio día para poder hacer alguna excursión más.
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De Hoop Nature Reserve |
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De Hoop Nature Reserve |
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De Hoop Nature Reserve |
Desde
De Hoop Nature Reserve hasta
Swellendam, donde teníamos reservado el alojamiento de esa noche, todavía nos quedaba más de una hora en coche, mucha parte por carretera de tierra y encima muy poco concurrida, por lo que tampoco queríamos que se nos hiciera muy tarde. Finalmente llegamos a Swellendam que ya era oscuro, poco después de las siete de la tarde, y nos fuimos directos a
Impangele Guesthouse, la casa donde dormiríamos esa noche. Teníamos reservado el
Garden Cottage, que nos costó 945 rands (57 euros) desayuno aparte, y que era un pequeño y bonito apartamento detrás de la casa principal, con dos habitaciones, comedor, lavabo y cocina.
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Garden cottage en Impangele Guesthouse (Swellendam) |
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Garden cottage en Impangele Guesthouse (Swellendam) |
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Garden cottage en Impangele Guesthouse (Swellendam) |
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Impangele Guesthouse (Swellendam) |
Dejamos el equipaje y nos fuimos directos a cenar. Después de todo el completo día: ballenas, delfines, orcas, dos océanos que se encuentran, mucha carretera y dunas blancas, solamente habíamos comido unos bocadillos al mediodía. Desde nuestra casa nos recomendaron el restaurante
De Vagebond, muy cercano, así que cogimos el coche y nos fuimos para allá. Después de unos días comiendo bastante pescado y con el hambre que teníamos nos apetecía un buen filete o algún plato más contundente, así que cenamos estupendamente a base de carne, con vino y postre incluidos en un ambiente muy tranquilo y agradable por 940 rands los cinco (57 euros).
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De Vagebond (Swellendam) |
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De Vagebond (Swellendam) |
Swellendam y la región de los Winelands
Nos despertamos en nuestra casita del jardín de
Impangele Guesthouse y nos fuimos a desayunar a la casa principal. Tras recoger todo nuestro equipaje y despedirnos dimos una vuelta por el pueblo, ya que el día anterior habíamos llegado de noche y no habíamos podido ver prácticamente nada. Swellendam es un pueblo muy pequeño y la mayoría de atracciones principales están relativamente cerca, así que aparcamos el coche justo delante de la bonita iglesia
NG Kerk y nos dispusimos a pasear un poco. Eran las 9 de la mañana y era domingo, así que de golpe vimos que no paraba de llegar gente (blanca) a la iglesia y nosotros aprovechamos también para entrar. Nos quedamos poco más de 10 minutos sentados en los bancos de detrás del todo de la iglesia viendo y oyendo la misa, un espectáculo muy curioso que hasta cierto punto nos recordó alguna escena vista en lo más profundo de los Estados Unidos y que refleja muy bien esta parte de la sociedad rural, blanca, protestante y de origen europeo que existe sobre todo en esta zona de Sudáfrica.
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Swellendam |
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Swellendam |
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Swellendam |
Después de dar una pequeña vuelta por el pueblo salimos dirección
Stellenbosch, en el corazón de la región de los viñedos. Aunque en agosto no es la mejor época para ver los paisajes de los viñedos, puesto que en Sudáfrica está finalizando el invierno, los paisajes que íbamos viendo nos sorprendieron positivamente, y a medida que nos acercábamos a nuestro destino cada vez se podían ver más extensiones con viñedos. Nuestra intención era, antes de ir a comer por la zona de Stellenbosch, poder parar en alguna de las muchas bodegas que hay y que ofrecen desde visitas guiadas hasta simples catas de vinos. Como hay bodegas para aburrir y no sabíamos cual elegir, fuimos a lo seguro y escogimos una que nos quedaba cerca de nuestro destino y que es de las más antiguas y conocidas,
Spier, ya que además habíamos leído que tenía también catas para niños.
El lugar lo tienen muy bien montado para las visitas, con unos jardines bonitos para pasear o para comer un picnic, una pequeña zona de juegos para los niños y alojamiento para los que se quieren quedar a dormir. Para la gente que quiere hacer catas de vinos hay una gran sala, al lado de la tienda de recuerdos, donde después de esperar turno para sentarte puedes escoger entre las variedades de catas que te ofrecen. Nosotros escogimos para los dos adultos el
Spier Tasting (40 rands) que incluía 3 vinos tintos y 3 vinos blancos, y para los tres niños escogimos una
cata de mosto y chocolate (40 rands). Una actividad muy recomendable y barata, ya que por poco más de 12 euros pudimos hacer una cata los cinco. Eso sí, no está de más picar alguna cosa para no beber con el estómago vacío. Podías acompañar la cata con tablas de quesos o, en la misma sala, había un pequeño bar donde pedir para comer.
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Spier |
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Spier wine tasting |
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Spier wine tasting |
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Zona de juegos en Spier |
Salimos de las bodegas
Spier que ya era mediodía y nos dirigimos hasta el
Root 44 Market,
a solo 10 minutos en coche. Es costumbre en esta zona acudir a mercados al aire libre los fines de semana donde se puede comprar artesanía, escuchar música en directo y donde hay multitud de puestos de todo tipo de comida, y los mercados más populares son el
Blaauwklippen Family Market y el que fuimos, el
Root 44 Market. Había muchísimo ambiente y mucha oferta gastronómica, por lo menos 30 o 40 paradas diferentes donde se podían comprar desde pizzas hasta comida asiática, hamburguesas, cerveza artesana, etc., con lo que cada uno se pedía la comida a su gusto y luego se la llevaba a las grandes mesas compartidas que había al lado del escenario donde tocaban en directo.
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Root 44 Market (Stellenbosch) |
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Root 44 Market (Stellenbosch) |
El mercado está muy cerca de
Stellenbosch, así que una vez terminamos de comer y de pasear un poco en busca de algún recuerdo, en 15 minutos de coche nos plantamos en el alojamiento que habíamos reservado para aquella noche, un pequeño apartamento con 2 habitaciones en el
Fynbos Villa Guest House por 1.700 rands (103 euros) y con desayuno incluido.
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Fynbos Villa Guest House |
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Fynbos Villa Guest House |
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Fynbos Villa Guest House |
Por la tarde aprovechamos para pasear por esta pequeña ciudad muy importante en la historia de Sudáfrica, ya que se trata del segundo asentamiento más antiguo después de Ciudad del Cabo. Al ser una ciudad tan pequeña y al estar nuestro hotel muy bien situado pudimos visitar el centro a pie sin problemas, aunque al ser domingo por la tarde la mayoría de comercios estaban cerrados. Nos pareció una ciudad muy agradable y nos resultó muy curioso, tanto aquí como en Swellendam, estar paseando por un pueblo del sur de África y asociarlo con la imagen que se puede tener de un pueblo en Holanda.
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Stellenbosch |
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Stellenbosch |
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Stellenbosch |
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Stellenbosch |
Para la noche habíamos reservado mesa para cenar en un restaurante que ya habíamos detectado antes de empezar el viaje y que, además, nos quedaba muy cerca de nuestro alojamiento:
The Fat Butcher, un lugar ideal para los amantes de la carne como nosotros. Los niños se pidieron unas hamburguesas espectaculares y para los padres nos pedimos una de las especialidades de la casa llamada
The Grosvenor, un enorme filete con setas y aceite de trufa delicioso, evidentemente acompañado de una botella de vino de la zona. Era un pequeño lujo que nos permitimos, aunque por la calidad y cantidad de la comida no nos pareció nada caro, pagamos los cinco 1.400 rands (85 euros) con la propina incluida.
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The Fat Butcher (Stellenbosch) |
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The Fat Butcher (Stellenbosch) |
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The Fat Butcher (Stellenbosch) |
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The Fat Butcher (Stellenbosch) |
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The Fat Butcher (Stellenbosch) |
Con la barriga bien llena nos volvimos paseando hasta el hotel y a dormir temprano, al día siguiente teníamos que ir al aeropuerto de Cape Town, devolver el coche de alquiler y coger un vuelo que nos llevaría hasta
Durban.
Resumen de la ruta del día