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Cape Town desde la Table Mountain |
Primer día en Cape Town: llegada a Brunswick Place, Bo-Kaap y Waterfront
Por fin había llegado el día y empezaba el viaje a Sudáfrica con nuestros hijos. Nuestro vuelo a Cape Town con
British Airways salía de Barcelona a las 18:20, una buena hora cuando viajas con niños ya que no hace falta estar muy temprano por la mañana en el aeropuerto. Salió puntual y después de una breve escala en Londres, cogimos el vuelo intercontinental que tras toda la noche en el aire nos dejaría en Cape Town a primera hora de la mañana.
El vuelo fue cómodo y llegó a la hora prevista a
Cape Town, sorprendentemente el desembarco y el control de pasaportes fue muy rápido y pudimos salir al aeropuerto en busca de nuestro primer objetivo: hacernos con una
tarjeta SIM para nuestros teléfonos móviles que nos permitieran tener acceso a datos durante el viaje. Llevar datos en el móvil es muy práctico y cómodo principalmente por el tema de la conducción, ya que no hace falta llevarse un navegador con los mapas de Sudáfrica cargados o tirar de aplicaciones que funcionan
offline y se puede navegar con las aplicaciones habituales:
Google Maps,
Waze, etc. Además, siempre puede ser de utilidad para pedir un
Uber, para buscar restaurantes cercanos, consultar horarios, etc. En el mismo aeropuerto de Cape Town, justo al salir de la puerta después de recoger las maletas ya te encuentras un par de tiendas donde te venden tarjetas SIM y nosotros escogimos la tienda de
Vodacom. Compramos 2 tarjetas, una de 10GB con 25 minutos de llamadas locales y otra de 3GB con 15 minutos de llamadas locales por 775 rands (47€) y 433 rands (26€) respectivamente. Cabe decir que, después de un uso bastante intenso de los datos con muchas horas de navegación, todavía nos sobraron la mitad de los Gigas contratados.
Con los móviles a punto buscamos algún cajero para poder sacar dinero, ya que no habíamos cambiado nada de moneda. Con las tarjetas
Bnext,
Revolut, etc. sale más a cuenta sacar directamente de los cajeros y evitarse la comisión del cambio de moneda, simplemente hay que tener en cuenta el límite mensual que puedes sacar sin comisión y que la mayoría de cajeros te cobran una pequeña comisión fija por su uso. En la mayoría de establecimientos del país aceptan sin problemas el pago con Visa o Mastercard, así que tampoco es necesario llevar mucho dinero en metálico encima.
Después nos dirigimos hacia la zona donde están los coches de alquiler y buscamos el mostrador de
First Car Rental, donde ya tenían preparado el coche, un
Toyota Quest. El papeleo nos llevó poco más de 10 minutos entre dar los permisos de conducir españoles, tarjeta de crédito y algunos datos más, después revisamos que el coche estuviera en condiciones y que todas las pequeñas rascadas o golpes estuvieran bien anotados. Ya estábamos preparados para empezar, colocamos el equipaje en el maletero, los dos alzadores para los niños dentro del coche y el soporte para usar el teléfono como navegador. Solamente teníamos que concentrarnos en conducir por la izquierda y, a pesar de que al principio parece muy antinatural, uno se acostumbra más rápido de lo que parece.
Llegamos a
Brunswick Place, el apartamento que teníamos reservado en el barrio de
Tamboerskloof de Cape Town, sobre la una del mediodía, aparcamos en la misma casa y nos instalamos tranquilamente antes de ir comer. Una de las ventajas de viajar a Sudáfrica es que no hay
jet lag, ya que es la misma hora que en España, así que la adaptación es mucho más fácil y no hay cambios de horarios. A pesar de las vallas electrificadas y las rejas en las ventanas (generalizado en todo el país) que en un primer momento nos impactaron bastante, el barrio nos pareció muy tranquilo y seguro, con bastantes bares y restaurantes cercanos, con lo que podíamos movernos fácilmente a pie incluso por la noche.
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Brunswick Place |
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Brunswick Place |
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Brunswick Place |
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Brunswick Place |
Una vez instalados en el apartamento salimos a comer al cercano
Jerry’s Burger Bar, un restaurante muy recomendable y bastante concurrido donde probamos unas estupendas hamburguesas y hot dogs por poco más de 600 rands los cinco (unos 35 euros), incluida la propina del 10% que fue lo que generalmente dejamos en todos los restaurantes a los que fuimos.
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Jerry’s Burger Bar |
Salimos del restaurante y empezamos a caminar hacia la cercana zona de
Long Street, en el centro de Cape Town, para luego meternos por las calles de
Bo-Kaap, el famoso barrio malayo conocido por sus casas de colores.
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Bo-Kaap |
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Bo-Kaap |
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Bo-Kaap |
Continuamos caminando dirección al
Waterfront donde llegamos cuando prácticamente ya empezaba a ocultarse el sol, al ser invierno en Sudáfrica a las 18:30 ya prácticamente es de noche. Era tarde y estábamos cansados de todo el viaje, con noche incluida en el avión, así que decidimos retirarnos y pedimos un
Uber a través de la aplicación del teléfono. Nos dejó en un supermercado cercano al apartamento donde compramos algo de cena y también para los desayunos de los próximos días, y nos fuimos para casa a cenar y a dormir.
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Waterfront |
Segundo día en Cape Town: Table Mountain, Kirstenbosch National Botanical Garden, District Six Museum y Waterfront
No teníamos muchos días en Cape Town y, encima, las jornadas en invierno son más cortas, con lo que nuestro objetivo era levantarnos muy pronto cada día para aprovechar las horas de sol y retirarnos no muy tarde para poder descansar lo suficiente. Así, en nuestro segundo día en la ciudad nos levantamos muy temprano para ir a la atracción número uno, la
Table Mountain, y es que como siempre existe el riesgo de que cierre el teleférico en caso de mal tiempo, queríamos guardarnos la posibilidad de volver otro día si hacía falta. Por suerte amaneció un día muy tranquilo y soleado. Salimos poco después de las 8 de la mañana de nuestro apartamento, cogimos nuestro coche de alquiler y en poco más de 5 minutos ya estábamos en Tafelberg Road, la carretera que sube hasta la estación del
Table Mountain Aerial Cableway. Era temprano y aparcamos fácilmente en la
Kloof Corner Parking Area, a unos 500 metros de la estación. Como queríamos usar el descuento de la
Wild Card para tomar el teleférico (20%) tuvimos que comprar presencialmente los tickets después de hacer una breve cola.
La subida con el teleférico es impresionante, en poco menos de 5 minutos sube un desnivel de 765 metros ofreciendo una vista panorámica de 360 grados, y las vistas de Cape Town y alrededores una vez estas arriba todavía son más espectaculares. No es de extrañar que la Table Mountain sea una de las
Nuevas Siete Maravillas Naturales del Mundo y la atracción más popular de la ciudad.
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Table Mountain Aerial Cableway |
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Vistas de Cape Town desde la Table Mountain |
Después de recorrer los caminos que hay en la base superior de la Table Mountain y que permiten tener una vista panorámica de ambos lados, bajamos de nuevo con el Aerial Cableway hasta donde teníamos aparcado el coche. Cuando llegamos, y como es costumbre en Sudáfrica, apareció un “
gorrilla” a reclamar su propina por vigilar el coche y le dimos una moneda de 5 rands. Es un sistema muy extendido por todo el país y no deja de ser una manera no oficial de conseguir vigilancia para los coches aparcados en la calle, así que al final nosotros siempre llevábamos monedas de 5 rands o billetes de 10 rands para cuando aparcábamos. De hecho, la mayoría de “gorrillas” nos decían que teníamos que pagar una vez recogiéramos el coche y no antes, es decir, una vez que ellos hubieran hecho su trabajo de vigilancia, muy profesional todo.
Era todavía temprano por la mañana, así que aprovechamos que íbamos en coche para acercarnos a otro de los lugares más visitados y recomendados de Cape Town, los
Kirstenbosch National Botanical Garden, uno de los jardines botánicos más grandes del mundo y que está situado justamente en el lado opuesto de la Table Mountain. Aunque en invierno no creo que sea la mejor época para apreciar toda la flora que hay en el parque, es un lugar muy bonito para pasear tranquilamente y un lugar único donde observar la variedad de especies locales que hay, como los famosos
fynbos de la zona del Cabo. Para los niños es especialmente interesante alguna zona como el
Fragrance Garden donde hay plantas aromáticas, la exhibición de esculturas de dinosaurios en medio de la zona de las cícadas o el famoso
Tree Canopy Walkway, un puente curvado que ofrece unas estupendas vistas del entorno y que pasa como suspendido por encima del bosque.
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Kirstenbosch National Botanical Garden |
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Kirstenbosch National Botanical Garden |
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Kirstenbosch National Botanical Garden |
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Tree Canopy Walkway |
Salimos del jardín botánico que era ya mediodía, fuimos hasta el apartamento para dejar el coche y luego a comer otra vez por el barrio. Esta vez, escogimos otro restaurante que tenía buenas recomendaciones, el
Arnolds Restaurant en Kloof Street, donde pedimos hamburguesa de avestruz,
Warthog Ribs (costillas de facóquero, esto es “Pumba”), hamburguesa de camembert y pasta para los niños. Un lugar muy agradable y con una comida muy rica que en total nos costó unos 600 rands (35 euros).
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Hamburguesa de avestruz de Arnolds Restaurant |
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Hamburguesa de camembert de Arnolds Restaurant |
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Warthog Ribs de Arnolds Restaurant |
Para bajar un poco la contundente comida fuimos paseando por
The Company’s Garden hasta llegar al
District Six Museum al que nos apetecía bastante ir. Llegamos muy justito porque el museo cierra a las 4 de la tarde, pero todavía nos dejaron entrar y pudimos estar media hora observando todos los detalles que recuerdan como en la época del Apartheid más de 60.000 habitantes de este barrio fueron obligados a marcharse de la noche a la mañana, sus casas fueron derribadas para construirse un nuevo barrio solamente para blancos y ellos fueron obligados a recolocarse en
townships a las afueras de la ciudad. Una visita emocionante y muy interesante especialmente si se va con niños.
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District Six Museum |
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District Six Museum
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District Six Museum |
La zona de alrededor está llena de bares y cafeterías, así que al salir estuvimos paseando hasta acercarnos a la famosa pastelería
Charly’s Bakery, justo dos calles por debajo del museo. Nos sentamos para descansar un rato y nos tomamos café y un par de pasteles que tenían muy buena pinta.
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Charly’s Bakery |
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Charly’s Bakery |
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Vistas de la Table Mountain desde Charly's Bakery |
Ya era media tarde y nos pedimos un
Uber para ir hasta el
Waterfront, esta vez para pasear con un poco más de tranquilidad. Compramos para cenar en un gran supermercado que había en el mismo Waterfront y como el día anterior volvimos a nuestro apartamento cuando ya anochecía para cenar y dormir.
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Nobel Square en Victoria & Alfred Waterfront |
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Waterfront
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