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Castel Dell'Ovo |
Tercer día en Nápoles
Mercato Pignasecca, Belvedere San Martino, Via Pedamentina, Piazza del Plebiscito, Castell dell'Ovo, Quartieri Spagnoli, Claustro de Santa Clara, Piazza del Gesù Nuovo, Via San Gregorio Armeno, Duomo
Después de la intensa excursión del día anterior a
Ercolano y
Pompeya, el tercer día en Nápoles lo queríamos empezar con un poco más de tranquilidad y sin mucho estrés a la hora de levantarnos, así que nos lo tomamos con más calma, desayunamos tranquilamente en nuestro apartamento y salimos sobre las 10 de la mañana. La idea era pasear tranquilamente por la ciudad para ver los lugares más interesantes sabiendo que al día siguiente podíamos acabar de ver lo que nos quedara pendiente.
El día había amanecido muy bueno, sin nubes amenazadoras, así que empezamos a caminar hasta llegar a
Piazza Dante y nos metimos por las callejuelas hasta la zona donde se encuentra el
Mercato Pignasecca, un bonito y curioso mercado al aire libre con múltiples paradas sobretodo de fruta, verdura y pescado. Nos pareció curioso ver en las paradas de pescado como vendían pulpos y sepias vivas y la gran cantidad de triperías que había, un establecimiento que, por lo menos en Barcelona, no abunda.
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Mercato Pignasecca |
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Mercato Pignasecca |
Justo al lado del
Mercato Pignasecca está la parada del
funicular de Montesanto que te sube hasta el barrio de
Vomero, donde está el famoso
Castillo de Sant’Elmo. Tomamos el funicular (1,1€ cada billete) y nos bajamos en la última parada,
Morghen, pasamos por fuera del castillo y llegamos hasta uno de los puntos más bonitos de Nápoles: el
Belvedere San Martino, con unas vistas espectaculares de la ciudad, del Vesubio y del Golfo de Nápoles.
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Vistas de Nápoles desde el Belvedere San Martino |
Para volver a la parte baja de la ciudad desde el Belvedere existen varias opciones, tomar el funicular de vuelta hasta
Montesanto, ir a buscar el metro a la parada de
Vanvitelli, o tomar otras líneas de funicular como la de
Piazza Fuga o la de
Cimarosa. Pero si hace un buen día y si tienes unas rodillas sanas, es muy recomendable ir bajando por la
Via Pedamentina, unas históricas escaleras que van hasta el Centro histórico desde el mismo Belvedere, cosa que hicimos tranquilamente nosotros.
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Via Pedamentina |
Caminando llegamos hasta la
Piazza del Plebiscito, el barrio de
Santa Lucía y hasta el
Castel dell’Ovo, uno de los símbolos de la ciudad y desde el que también se tienen unas vistas muy bonitas de Nápoles.
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Piazza del Plebiscito |
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Piazza del Plebiscito |
Ya era hora de comer, así que nos dirigimos hasta los
Quartieri Spagnoli, a 10 minutos del
Castel dell’Ovo para encontrar algún sitio bueno. En los llamados Barrios Españoles, porqué allá por el siglo XVI era donde se alojaban las tropas españolas que controlaban Nápoles, existen infinidad de Trattorias, Osterias, Pizzerías y demás puestos para comer, así que entramos en una de la que habíamos leído buenas críticas, la
Osteria Il Gobbetto. Aunque había algunos clientes que parecían locales, el restaurante parece bastante enfocado al turismo, con una decoración y unos camareros con vestidos tradicionales y que hablan todos los idiomas conocidos, lo que le quita un poco de gracia al lugar. Al sentarnos a la mesa, rápidamente nos ofrecieron una sugerencia de
antipasti con una variedad de productos típicos de la zona, sin apenas darnos tiempo a mirar la carta.
A pesar de tener la sensación de sentirte tratado un poco como un turista sin criterio, la verdad es que comimos bastante bien y el sitio nos pareció agradable. Rehusamos los antipasti y nos pedimos para compartir
Alici fritti,
Baccalà Siciliana,
Gnocchi del Gobetto,
Manfredi con ricotta y
Fritturina del Gobetto, más cerveza, agua, vino y cubiertos por un total de 47,5€ los cinco.
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Osteria Il Gobbetto |
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Fritturina del Gobetto |
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Alici fritti |
Al salir de la Osteria aprovechamos para ir a comprar los postres a uno de los lugares más recomendados de Nápoles,
Pintauro, donde algunos dicen que hacen las mejores
Sfogliatelle de la ciudad, un dulce típico y bastante contundente relleno de
ricotta.
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Pintauro |
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Sfogliatella |
Para bajar un poco la comida subimos caminando tranquilamente hasta el Centro histórico pasando por la
Galleria Umberto I y
Via Toledo hasta llegar al
Claustro de Santa Clara, uno de los lugares que nos habían recomendado para visitar. Nos pareció una buena idea entrar no solamente para visitar el lugar, sino también para poder sentarnos un poco y relajarnos después de otro intenso día de viaje. La verdad es que es un muy bonito lugar y que merece la pena la visita para romper un poco con el bullicio y el caos de la ciudad en este tranquilo rincón justo en medio del Centro. La entrada cuesta 6€ a los adultos y 3,5€ a los niños.
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Claustro de Santa Clara |
Para terminar el día y no bajar el nivel de azúcar en el cuerpo, después de salir del Claustro de Santa Clara nos fuimos hasta la mítica heladería
Gay-Odin, justo al lado, compramos unos buenísimos helados y nos paseamos por algunos de los rincones más emblemáticos del Centro, como la
Piazza del Gesù Nuovo,
Spaccanapoli,
Via San Gregorio Armeno, no sin antes hacer una pequeña parada en el
Bar Nilo, lugar de culto para los seguidores de Diego Armando Maradona y donde mantienen un pequeño altar para los fieles a la iglesia Maradoniana. Merece la pena entrar y tomar un café, que está realmente delicioso.
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Piazza del Gesù Nuovo |
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Bar Nilo |
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Pintada en Largo Proprio di Araniello |
Caminando por el centro acabamos en el
Duomo de Nápoles, la bonita Catedral de la ciudad que alberga la Capilla del tesoro con las reliquias de San Gennaro, el patrón de Nápoles.
El día ya no daba para más y nuestras fuerzas ya empezaban a flaquear, así que decidimos marcharnos hasta nuestro apartamento y, como la primera noche, hacer una cena mixta de embutidos y quesos comprados en alguna salumeria, acompañados de alguna pizza de
Starita.
Mapa aproximado del recorrido del día