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Palacio de Schönbrunn |
Segundo día en Viena
Palacio de Schönbrunn, Hundertwasserhaus, Salm Bräu, Palacio de Belvedere, Karlsplatz, Café Mozart y Maria-Theresien-Platz
Nos levantamos temprano para desayunar en el apartamento y visitar, esa mañana, el
Palacio de Schönbrunn, también llamado el
Versalles vienés y una de las obras de la arquitectura barroca más impresionantes de Europa. El Palacio queda un poco alejado del centro de Viena, así que nos fuimos en metro. Como somos bastante de caminar por las ciudades no nos salía a cuenta sacarnos ningún bono de transporte público, con lo que en los pocos trayectos que hicimos en metro o en tranvía compramos los billetes sencillos directamente. El sistema de compra es bastante fácil e intuitivo, además que las máquinas que hay en todas las estaciones de metro tienen una plataforma de uso multilingüe, con lo que se puede hacer toda la gestión en español. Para los trayectos dentro de una zona los billetes sencillos de adultos valen 2,4 euros y los de niños la mitad. Solamente hay que comprarlos en las máquinas y validarlos en las pequeñas cajas azules que hay en la entrada de la estación o dentro del tranvía si es el caso.
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Máquina de venta de billetes |
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Cajas para validar los billetes de metro |
Llegamos al
Palacio de Schönbrunn sobre las 9 de la mañana, era miércoles y día laborable en Viena con lo que había muy poca gente para visitar el lugar, apenas algún grupo escolar. Dejamos los abrigos y la mochila en el guardarropía que hay (gratuito), recogimos las cinco audio guías (gratuito) y entramos a visitar el Palacio, eso sí, prohibido hacer fotografías en el interior. Como no podía ser de otra manera vimos las lujosas estancias donde los
Habsburgo pasaban sus veranos y nos empapamos de la historia y de la manera de vivir de los emperadores austro-húngaros.
Al salir de la visita ya empezaba a aparecer más gente, así que nosotros aprovechamos para irnos a visitar otra de las joyas del lugar, el
Schönbrunner Schloss Park, es decir, los jardines y el Parque que quedan en la parte trasera del Palacio y que son igualmente espectaculares. Los jardines, de acceso libre, están coronados por la famosa
Gloriette, un espectacular mirador que fue construido en los tiempos de la emperatriz Maria Teresa allá por 1775 y desde donde hay las mejores vistas del Palacio de Schönbrunn y de parte de Viena.
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Palacio de Schönbrunn |
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Palacio de Schönbrunn |
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Gloriette en el Palacio de Schönbrunn |
Como era temprano y habíamos reservado un restaurante para comer a la una del mediodía, cogimos el metro de nuevo y nos fuimos hasta la estación de
Landstraße para ver un edificio que salía recomendado en varios lugares. El
Hundertwasserhaus es un curioso edificio de tipo residencial, obra del artista Friedensreich Hundertwasser, de varios colores y formas que recuerda más al estilo de Gaudí que a la arquitectura clásica centroeuropea. Una visita curiosa sin más.
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Hundertwasserhaus |
Para comer habíamos reservado un restaurante cerca del
Palacio Belvedere bastante bien recomendado, el
Salm Bräu, una cervecería histórica de Viena donde además se pueden degustar algunas de las especialidades gastronómicas del país. El restaurante, que mantiene la estética clásica con bancos y mesas de madera y con los camareros vestidos con trajes locales, es bastante turístico aunque también había gente local sobre todo en la parte de cervecería del local. Pedimos para compartir entre los cinco varios de los platos que tenían más buena pinta y no nos defraudaron para nada. Comimos
Wiener Schnitzel (el clásico filete empanado),
Portion Stelze mit Semmelknödel Bierkraut (codillo asado con albóndigas de pan, col a la cerveza y rábano picante),
Spare-Ribs (costillar asado) y
Jäger-Pfandl saftiges Wildragout in Rotwein - Pilzsauce mit Kräuterspätzle (llamada sartén del cazador y era un ragout de caza al vino tinto y setas con bolitas de harina a las finas hierbas y adornos de crema). Con bebida incluida toda la comida nos costó 70 euros.
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Salm Bräu |
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Salm Bräu |
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Jäger-Pfandl saftiges Wildragout in Rotwein - Pilzsauce mit Kräuterspätzle |
Al salir de comer aprovechamos para pasear por los bonitos jardines del
Palacio de Belvedere situados justo al lado del restaurante, aunque no entramos a visitar los edificios. Pasamos por el Mercado navideño de
Adventmarkt en la
Karlsplatz, donde había bastantes actividades infantiles y donde está la
Karlskirche, la Iglesia de San Carlos Borromeo curiosa por tener al lado dos columnas inspiradas en la Columna de Trajano de Roma.
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Palacio de Belvedere |
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Karlskirche |
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Adventmarkt en la Karlsplatz |
Después de pasear por el centro, cerca de la Ópera y del Museo Albertina, decidimos que había llegado el momento ideal para degustar una auténtica
Tarta Sacher de Viena y estábamos cerca de algunos de los cafés más famosos para poder probar este famoso postre de chocolate. Nuestra primera intención era entrar en el
Café Sacher, donde dicen que comenzó la historia de esta tarta, pero vimos que el lugar era demasiado señorial y que había mucha cola para entrar, así que fuimos a la siguiente opción justo al lado, el
Café Mozart. Aunque también es un lugar bastante clásico y elegante, aquí sí que entramos y pudimos probar tanto la Tarta Sacher como el
Apfelstrudel, otro de los postres típicos de la gastronomía austríaca y alemana y, sin lugar a dudas, mucho más bueno.
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Surtido de pasteles en el Cafe Mozart |
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Tarta Sacher del Cafe Mozart |
Salimos del
Café Mozart que ya oscurecía, así que seguimos paseando por el centro hasta otro de los mercados navideños más importantes de Viena, el que está situado en la
Maria-Theresien-Platz, una gran plaza donde se encuentran, en dos edificios simétricos a cada lado, el Museo de Historia Natural (
Naturhistorisches Museum) y el Museo de Historia del Arte (
Kunsthistorisches Museum). Después del
Apfelpunsch de rigor para entrar en calor, nos fuimos tranquilamente andando hasta el apartamento para cenar y descansar.
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Maria-Theresien-Platz |
Mapa de la ruta del segundo día: Hundertwasserhaus, Salm Bräu, Palacio de Belvedere, Karlsplatz, Café Mozart y Maria-Theresien-Platz