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Kids on bicycle |
Después de cuatro fantásticos días en Siem Reap
visitando los templos de Angkor Wat y disfrutando de la gastronomía de Camboya, reemprendíamos nuestra ruta por Malasia con nuestros hijos. La siguiente parada era en
George Town, en el estado de Penang al noroeste de Malasia, y también, como en el caso de Melaka, con un centro histórico declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. George Town es considerada la
capital gastronómica de Malasia y es especialmente conocida por el arte callejero que abunda en el centro de la ciudad.
De los diversos desplazamientos en avión que hicimos durante el viaje, éste era el único que no disponía de una conexión directa. Entre Siem Reap en Camboya y George Town en Malasia no existen (o al menos en ese momento no existían) vuelos directos, así que obligatoriamente teníamos que hacer escala en algún aeropuerto. Al final, la combinación que nos salió mejor económicamente y que nos evitaba perder mucho tiempo fue hacer escala en Kuala Lumpur. De hecho, lo que hicimos fue comprar un vuelo ida y vuelta de Kuala Lumpur a Siem Reap con
AirAsia y luego, para el mismo día y también con
AirAsia, comprar un vuelo sólo ida de Kuala Lumpur a George Town. Al no tratarse de dos vuelos enlazados, esto suponía tener que recoger las maletas al llegar de Siem Reap y volverlas a facturar en el mismo aeropuerto para enviarlas a George Town, por lo que nos dimos un margen de dos horas entre la llegada y la salida. No obstante, de esta manera nos ahorramos bastante dinero.
Después de más de medio día pasado entre aviones, facturaciones de maletas, controles de fronteras y aeropuertos, acabamos llegando a George Town sobre las 5 de la tarde. Pedimos un Grab en el mismo aeropuerto que nos llevó por 26 MYR (5 euros) al hotel. Habíamos reservado el alojamiento muchos meses atrás en una oferta que encontramos en
Booking y a un precio más que aceptable ya que se trataba más de una casa particular, de uso exclusivo para nosotros, que de un hotel. Cuando llegamos al sitio, el propietario nos empezó a contar que había hecho reformas en el lugar y que habían cambiado algunas cosas respecto a lo que habíamos reservado nosotros, principalmente que había que compartir espacios y baño con otros posibles clientes. De manera muy grosera y bastante mal educadamente con nuestros hijos sobre todo, nos enseñó lo que había y nos dijo que estaba en su derecho de hacer cambios y no tenía por qué avisar a los clientes. En fin, un lugar bastante sucio sin apenas sitio para los cinco y sin ni siquiera puerta en la habitación.
Era tarde, estábamos cansados y los niños más todavía, pero aquello era bastante inaceptable sobre todo por el trato tan desagradable del propietario. Por suerte era una reserva que habíamos hecho en
Booking sin tener que pagar por adelantado y sin tener que dejar ninguna tarjeta de crédito, así que cogimos las maletas y nos marchamos a la calle. Después de anular la reserva a través de la aplicación del móvil, buscamos que opciones había disponibles en ese momento y encontramos el hotel
Rangoon Residence que tenía habitaciones disponibles y estaba bastante bien valorado. Fuimos en un Grab y cuando llegamos a los niños se les iluminaron los ojos, había un futbolín en el lobby del hotel!! Una cosa tan simple como esta fue suficiente para alegrarles la tarde a ellos y, de paso, darnos un respiro a los padres. El hotel es pequeño, pero muy tranquilo y con unas habitaciones bien equipadas y limpias. El precio por cada noche fue de 260 MYR (54 euros) para los cinco en una habitación tipo dúplex con baño privado, aire acondicionado, televisión y un sencillo desayuno incluido. Un hotel muy recomendable.
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Rangoon Residence |
Después de un breve descanso y unas cuantas partidas de futbolín salimos a cenar la primera noche en George Town y optamos por ir a uno de los sitios más recomendados de la ciudad, el
Tek Sen Restaurant. Es un restaurante chino muy concurrido, así que cuando llegamos tuvimos que esperar un poquito hasta que nos tocara sentarnos, pero la espera mereció la pena. En general toda la comida que pedimos nos gustó mucho, pero destacaríamos la especialidad del lugar que es el cerdo crujiente (
roasted pork with chili padi). Cenamos abundantemente los cinco por 120 MYR (25 euros).
A la mañana siguiente, después de desayunar un poco en el hotel y jugar unas partidas de futbolín, decidimos dedicar el día a visitar tranquilamente la ciudad. Nos fuimos en Grab por 7 MYR (1,5 euros) hasta la
Queen Victoria Memorial Clock Tower y entramos, en primer lugar, a la oficina de información turística que hay en la calle Lebuh Pantai, justo al lado. A parte de información general de la ciudad y de las actividades turísticas clásicas, merece la pena ir sobre todo para coger el mapa que sitúa las diferentes obras de arte callejero en la ciudad y por las guías y folletos que ayudan a entender mejor la rica y variada cultura gastronómica de la región.
Ya cargados con mapas para todos los niños, nos fuimos primero a visitar la
Pinang Peranakan Mansion, una casa-museo que perteneció a Chung Keng Quee, un famoso y multimillonario líder de la comunidad china que vivió en el siglo XIX y que representa la época de esplendor de la ciudad. La visita guiada a la mansión, de una hora aproximadamente, nos costó 50 MYR (10 euros) a los cinco y mereció la pena. Es una buena manera de introducirse en la cultura
Peranakan, la de los descendientes de los inmigrantes chinos que llegaron a Malasia a partir del siglo XV y también conocidos como
Baba-Nyonya.
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Pinang Peranakan Mansion |
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Pinang Peranakan Mansion |
Al salir de la visita nos fuimos a comer al
Yeap Noodles en
Chulia Street, una comida bastante correcta y preparada al momento que nos costó 70 MYR (15 euros) a los cinco. Eso sí, como nos quedamos con ganas de postres, luego paramos a tomar café y unas riquísimas tartas en la
Lavish Fusion Bakery, una pequeña panadería con una variada oferta de tartas. Por la tarde nos dedicamos a visitar los famosos
jettys de George Town, unos asentamientos de inmigrantes chinos en los muelles de la ciudad donde todavía vive gente. Cada asentamiento pertenecía a un clan diferente y en la actualidad todavía existen ocho
jettys habitados. Los más famosos son los
Chew jetty, bastante masificados de visitantes y llenos de pequeñas tiendas de suvenires y de refrescos para los turistas, así que es recomendable también visitar algún otro
jetty menos concurrido.
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Lim Jetty |
Acabamos de pasar la tarde paseando por la ciudad con la excusa de encontrar los murales de
arte callejero más destacados que hay repartidos por el centro de George Town.
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Brother and sister on swing |
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The real Bruce Lee would never do this |
Por la noche fuimos a cenar a
Red Garden Food Paradise, un
hawker centre con muchísimas paradas de comida y suficientes mesas para acoger a la cantidad de gente que acostumbra a ir a este lugar. Como la mayoría de
food courts, el sistema es fácil: te sientas en cualquier mesa libre y vas a pedir a las diferentes paradas de comida dando el número de tu mesa, te llevan la comida a tu sitio y pagas en ese momento. Luego la bebida normalmente la pides directamente a los chicos o chicas que van ofreciéndola por las mesas y les pagas a ellos. La ventaja de estos lugares es que puedes comer diferentes tipos de comida en la misma mesa, así que si hay diferentes gustos en la familia, un lugar así ayuda a que todos estén contentos. La cena en el
Red Garden Food Paradise nos costó 115 MYR (24 euros). Para acabar la jornada nos fuimos paseando hasta
China House, un local que habíamos visto por la tarde y en el que nos comimos un
cheesecake espectacular de postre.
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Red Garden Food Paradise |
El segundo día en Penang nos apetecía salir de la ciudad y visitar alguna zona más rural. Habíamos leído que la zona de
Balik Pulau era muy bonita, incluso que había muchos lugares donde alquilar bicicletas para recorrer las zonas más rurales, así que cogimos un Grab desde el hotel y en 30 minutos estábamos allí por un coste de 23 MYR (5 euros). Pero fue llegar a
Balik Pulau y vimos que no era nuestro sitio, mucho calor, una carretera muy concurrida en medio del pueblo y los niños cansados y empezando a protestar. Fue uno de esos momentos donde te das cuenta que tienes que corregir inmediatamente, así que decidimos marcharnos de ahí y volvernos a George Town. Como era temprano por la mañana y nos venía de camino de vuelta a la ciudad, aprovechamos para hacer una parada en el templo de
Kek Lok Si, el templo budista más grande de Penang. Una visita que merece la pena no solamente por la arquitectura budista, si no por las vistas desde arriba del templo. Eso sí, en el recorrido interior por el templo pasas por varias tiendas repletas de suvenires budistas y de todo tipo.
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Kek Lok Si |
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Kek Lok Si |
Volvimos a comer a George Town, ésta vez y por deseo expreso de los niños, nos fuimos al
Holy Guacamole a degustar burritos y tortitas. Y por la tarde, después de otra ración de pasteles en
China House, acabamos de visitar las calles de George Town y disfrutar de su arte callejero.
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Boy on chair |
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Old motorcycle |
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Children playing basketball |
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Kungfu girl |
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The indian boatman |