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Vistas de Kuala Lumpur desde la piscina de The Face Suites |
Después de pasar
tres días en Singapur empezábamos la ruta con nuestros tres hijos por Malasia y Camboya que nos llevaría hasta Melaka, Kuala Lumpur, Siem Reap, Georgetown, las islas Perhentian y Kuching, en la isla de Borneo. La primera parada era en
Melaka (o
Malacca), una pequeña ciudad a poco más de 200 quilómetros al norte de Singapur. Para llegar hasta allí habíamos comprado por Internet unos días antes los billetes de autobús con la compañía
Starmart Express a través de la página web de
easybook que nos costaron 25SGD por persona (15 euros). El autobús salía desde el Centro Comercial
City Plaza en Singapur, a 15 minutos andando desde nuestro apartamento, y nos dejaba directamente en la estación central de Melaka previo paso por la frontera con Malasia. Cuando llegamos a la estación de autobús de Singapur, unos minutos antes de la salida, una chica de la compañía nos explicó que por problemas técnicos el autobús no saldría de esta estación, nos metió en un taxi y nos mandó para otra estación donde ya nos recolocarían. Todo bastante mal organizado, pero finalmente salimos, y hay que decir que el autobús era bastante confortable. El viaje se hace pesado por el cruce de frontera y una parada en medio del trayecto para comer, en total más de 4 horas para recorrer los 200 quilómetros de distancia.
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Autobús Singapur-Melaka |
Cuando llegamos a
Melaka Sentral, la estación central de autobuses que queda a las afueras de la ciudad, aprovechamos para comprar allí mismo los billetes de autobús para el día siguiente ir a Kuala Lumpur. Éstos los compramos con la compañía
KKKL (hay muchas que ofrecen este trayecto) y nos costaron 13MYR por persona (2,7 euros) también en un autobús bastante cómodo.
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Melaka Sentral |
Para llegar al centro de
Melaka desde la estación de autobuses cogimos un taxi que nos costó 25MYR (5 euros) y que nos dejó al lado del hotel que teníamos reservado justo al lado del río, muy cerca de todas las zonas principales a visitar. Una habitación familiar dúplex muy espaciosa en la
Wayfarer Guest House que nos costó 312MYR (65 euros), sin desayuno incluido, pero con agua, café, té y galletas disponibles todo el día. Buen hotel, en una zona muy céntrica y a un precio razonable.
El centro histórico de la ciudad es Patrimonio de la UNESCO y destaca su arquitectura colonial de la época en que Portugal y los holandeses se disputaban el control de la zona. Otra de las características más destacadas de la ciudad es el numeroso parque de Tuk-tuks a cual más kitsch: Doraemon, Hello Kitty, Spiderman,… circulando con luces parpadeando y música a tope por el centro de la ciudad. Una muy extraña mezcla entre lo histórico-cultural y lo hortera. Además, los fines de semana la ciudad se llena para el
Jonker Street Night Market, un mercado nocturno lleno a no poder más de gente y que en buena parte le quita la gracia a la ciudad. Quizás lo que nos gustó más fue la zona del rio, llena de terracitas para tomar algo y las calles más tranquilas que quedaban más apartadas del Jonker Street Night Market.
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Christ Church |
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Vistas desde el Malacca River |
Después de pasear un rato por el abarrotado mercado nocturno, decidimos que era mejor ir a cenar a un sitio más tranquilo. Los niños estaban cansados del día de viaje y en
Jonker Street prácticamente ni te podías mover. Miramos en Tripadvisor y fuimos a un restaurante que recomendaban llamado
Wild Coriander y que está muy cerca del centro de Melaka. Era temprano y parecía medio vacío, no obstante decidimos entrar para no provocar ninguna crisis entre los niños, que empezaban a mostrar signos de agotamiento y amenazaban con un plante. Poco después empezó a entrar más gente y acabó el restaurante lleno, la comida nos gustó muchísimo y pudimos probar unos cuantos platos de la gastronomía local. Cenamos los cinco abundantemente por 70MYR (15 euros).
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Wild Coriander Special (Nasi Dulang) with Beef Rendang |
Al día siguiente, después de desayunar algunas galletas del hotel nos fuimos en un Grab por 7MYR (1,5 euros) a Melaka Sentral y puntualmente salió nuestro autobús hasta
TBS (Terminal Bersepadu Selatan), la estación de autobuses principal de
Kuala Lumpur. Allí cogimos otro Grab que nos costó 25MYR (5 euros) y nos dejó en el apartamento que habíamos reservado por
Airbnb. Era uno de los alojamientos del viaje que habíamos reservado con más antelación, ya que cuando vimos las fotos de las vistas de la piscina no lo dudamos ni un momento. El
Platinum Suites o
The Face Suites es un edificio que alberga tanto habitaciones de alquiler por días o temporadas como habitaciones de hotel, pero por lo que todo el mundo va y por lo que merece la pena es por su
infinity pool en el piso 51 del edificio, o más bien dicho, por las vistas desde su
infinity pool, ya que la piscina en si es relativamente pequeña y está siempre muy llena de gente. Nosotros habíamos reservado un apartamento en el piso 47, con cocina, dos habitaciones, dos baños y un amplio salón comedor por 80 euros la noche. Un precio más que razonable por las prestaciones del apartamento.
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Apartamento Platinum Suites en la planta 47 |
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Infinity pool con vistas a Kuala Lumpur |
El mismo día que llegamos a Kuala Lumpur teníamos reservada por la tarde la visita a las
Torres Petronas, icono de la ciudad. Para evitar colas habíamos comprado ya las entradas unos días antes por Internet y nos habían costado aproximadamente 55 euros para los cinco. Antes de la visita aprovechamos para comer en el mismo centro comercial donde están las Torres, el
Suria KLCC Mall, y allí descubrimos uno de los restaurantes que más nos gustó en todo el viaje y en el que repetimos alguna vez más, el
Din Tai Fung. Es un restaurante originario de Taiwán con locales en muchos países (lamentablemente hasta el momento no hay en España), reconocido con muchos premios y especializado en
Xiao Long Bao (
dumplings al vapor), aunque también se puede comer
noodles, arroz,
wontons,
buns, etc. Un restaurante muy muy recomendable y a un precio más que asequible en Malasia, no tanto en Singapur. La comida en el Din Tai Fung del Suria KLCC Mall nos costó a los cinco 143MYR (30 euros) y una cena en el mismo restaurante que está en el centro comercial Pavilion KL otro día nos costó 110MYR (23 euros). Si podéis ir a este restaurante os recomendamos preguntar al personal cuál es la manera exacta de comer los
dumplings, ya que hay una técnica específica agujereando el
dumpling y comiéndolo con una mezcla de vinagre de arroz con salsa de soja y jengibre rallado.
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Torres Petronas |
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Din Tai Fung |
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Din Tai Fung |
Al día siguiente nos levantamos temprano para ir a visitar las
Batu caves. No queríamos llegar muy tarde ya que habíamos leído que a partir de las 10 empieza a llenarse de gente y además también aprieta más el calor. Como no había manera de coger un Grab desde el apartamento, al final decidimos ir en taxi. Pactamos con el taxista un precio de 50MYR (10 euros) y en media hora ya estábamos en las cuevas. Las cuevas tienen su gracia más allá de ser un santuario hindú importante, por los más de 270 escalones que hay que subir (y bajar), por la grandiosa estatua dorada de
Lord Murugan (dios hindú de la guerra) y por la gran cantidad de macacos que habitan en el lugar y que están a la espera de los turistas despistados que llevan comida. Para volver a Kuala Lumpur desde las Batu caves cogimos un Grab, esta vez sí fácilmente, y por 20MYR (4 euros) nos dejó en
Merdeka square. Comimos en el restaurante
Merchant’s Lane, bastante concurrido y con un ambiente muy agradable, por 129MYR (27 euros) y después dedicamos el resto del día a visitar
Chinatown,
Petaling Street, el Templo hindú
Sri Mahamariamman,
Central market,
Masjid Jamek, etc. Precisamente esta mezcla de culturas y religiones hace de Kuala Lumpur una ciudad especial y que nos enganchó desde el primer momento. En la misma calle te puedes encontrar una mezquita, un templo chino y un templo hindú casi puerta con puerta.
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Macaco con su cría en Batu caves |
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Batu caves |
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Templo hindú Sri Mahamariamman |
El segundo día en Kuala Lumpur nos lo tomamos con más calma aprovechando un poco la espectacular piscina del apartamento. Visitamos la
Kuala Lumpur City Gallery, al lado de la plaza Merdeka, donde se puede observar en una maqueta la impresionante proyección de la ciudad en los próximos años, con varios rascacielos que superaran la altura de las Torres Petronas. Luego paseamos por el
KLCC Park, donde hay un área muy bonita con piscinas y zona de juegos para los niños y por la noche acabamos en el
Jalan Alor Night Food Market, repleto de puestos de comida algunos más apetitosos que otros.
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Pinchos preparados para una barbacoa en Jalan Alor Night Food Market |
A pesar de la gran cantidad de carreteras y autopistas que atraviesan la ciudad, Kuala Lumpur es una ciudad bastante bien conectada por transporte público: metro, monorraíl, autobuses, etc. y, además, dispone de una curiosa y práctica red de túneles y pasarelas peatonales que conectan diferentes puntos de la ciudad. El
pedestrian walkway más importante de todos es el que conecta dos de los centros comerciales más grandes de la ciudad, el
Pavilion KL y el
Suria KLCC Mall, y que incluso dispone de aire acondicionado para hacer más confortable el paseo.
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Torres Petronas |