VIAJE A PRAGA CON NIÑOS DURANTE LOS MERCADOS DE NAVIDAD
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Puente de Carlos (Karluv Most) |
Uno de los destinos que teníamos en nuestra lista de candidatos desde hacía ya algún tiempo era Praga, especialmente en diciembre para poder ver los Mercados de Navidad. Habíamos estado hacía ya muchos años y nos apetecía volver con nuestros tres hijos. Aprovechando el puente de la Constitución y una buena oferta que encontramos de Ryanair decidimos ir en pleno mes de diciembre. Es una época del año con claras desventajas climatológicas, no sólo por el frío y la posibilidad de nieve, sino sobre todo por el hecho que a las 4 de la tarde ya es de noche. No obstante, también es una época del año donde hay un valor añadido: los mercados de Navidad que son especialmente bonitos en Praga.
El vuelo con Ryanair desde Barcelona nos costó 65 euros por persona con unos buenos horarios teniendo en cuenta que viajamos con niños. A la ida salía a las 11:45 de Barcelona y llegaba a las 14:10 a Praga y a la vuelta salía a las 14:35 de Praga y llegaba a Barcelona a las 17:00.
En total íbamos a estar cuatro noches, así que buscamos en Airbnb algún apartamento bueno, bonito y barato que no estuviera muy lejos del centro. Finalmente nos quedamos con uno en el barrio de Vrsovice, bien comunicado con tranvía y cerca también de una parada de metro, por un total de 300 euros.
Desde el aeropuerto hasta el centro de la ciudad es fácil llegar en transporte público, en la misma Terminal de llegadas sale el autobús número 119 que te deja en la estación de metro de Nádraží Veleslavín, en la línea A, desde donde se puede llegar rápidamente a toda la ciudad. Antes de subir al Bus, en la misma Terminal de llegadas, hay un puesto para comprar los billetes. Los precios son de 32 CZK para los adultos y de 16 CZK para los niños mayores de 6 años y te permiten, en los siguientes 90 minutos desde que se validan, hacer los transbordos que quieras entre metro, autobús y tranvía. Importante: hay que validar los billetes antes de subir al metro o en el mismo autobús. Hay bastantes revisores pidiendo billetes en los transportes públicos y, especialmente, se fijan en los turistas. Luego se pueden comprar más billetes en los quioscos de la ciudad o en las mismas estaciones, y hay posibilidad de comprar billetes más económicos que te permiten menos tiempo de transbordo. Praga es una ciudad relativamente pequeña, nosotros solamente cogimos el transporte público para ir del aeropuerto al apartamento, para volver al aeropuerto y para ir al Castillo de Praga. El resto todo a pie.
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Máquinas para comprar los billetes en el metro |
Sobre la cuestión de la moneda, habíamos cambiado una cantidad de Coronas checas ya en Barcelona para llevar encima siempre efectivo, pero igualmente en muchos establecimientos se puede pagar con las tarjetas Visa o MasterCard. En viajes a países con monedas diferentes del euro es recomendable llevar tarjetas que apliquen cambios más favorables, por ejemplo la MasterCard de Revolut o la Visa clásica de Wizink que ofrecen un tipo de cambio casi real (hay otras como Ferratumbank, Tarjeta N26, WeSwap, etc.). Aunque no es mucho, puedes llegar a ahorrarte un 3% o un 4% respecto tarjetas tradicionales.
El día que llegábamos nos dio tiempo a poco más que ir al supermercado a comprar para los desayunos, instalarnos en el apartamento y acercarnos hasta la plaza Náměstí Míru, muy cerca del apartamento en el barrio de Vinohrady, y donde hay uno de los Mercados de Navidad de Praga. Esa noche, como era la primera, habíamos reservado para ir a cenar cerca del apartamento en el Restaurante U Bulinu (Donde comer en Praga: algunas recomendaciones).
Primer día de visita en Praga
Nuestro primer día de visita en Praga era sábado, así que desayunamos en el apartamento y nos marchamos directamente hacia el Farmářské tržiště Náplavka, el mercado de granjeros de Náplavka que cada sábado se organiza en la orilla del río Moldava. Es un mercado donde van los praguenses a comprar fruta, verdura, quesos, pescado, etc..., aunque también es frecuentado por numerosos turistas.![]() |
Mercado de Naplavka |
Muy cerca del mercado, subiendo por la misma orilla del río Moldava está uno de los edificios modernos de Praga más destacados, la Casa Danzante (Tančící dům) diseñada por Frank Gehry, y que se compone de dos edificios entrelazados que parecen dos figuras que bailan agarradas, de ahí el posterior nombre con que se bautizó el edificio: Fred & Ginger.
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Casa Danzante |
Continuamos subiendo por la orilla del Moldava hasta el Puente de Carlos (Karlův most), que es una de las atracciones principales de la ciudad y uno de los lugares del mundo con una densidad de turista por metro cuadrado mayor. Después pasamos por el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja con el reloj astronómico (Staroměstská radnice s orlojem) y llegamos a la Plaza de la ciudad vieja (Staroměstské náměstí) donde está el mercadillo de Navidad más grande de Praga. Era ya mediodía y fuimos a comer al Restaurante Krčma (Donde comer en Praga: algunas recomendaciones).
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Vistas del barrio de Malá Strana desde el Puente de Carlos (Karluv most) |
Cuando salimos de comer empezaba a nevar débilmente y a eso de las cuatro de la tarde ya estaba oscuro y el frío era considerable. Por suerte íbamos equipados para temperaturas árticas. Paseamos por las calles peatonales del barrio de Staré Město de Praga sin rumbo fijo hasta llegar a la Plaza de la República (Náměstí Republiky), donde también había montado un pequeño mercado navideño.
Ya el día anterior, en nuestra primera visita al mercado de Náměstí Míru, los niños habían probado los Trdelník, la especialidad gastronómica de los mercados navideños. Es una especie de masa de harina enrollada que se asa al fuego y que se le da un toque de canela y que si se quiere se puede condimentar con chocolate. Vaya, que a los niños les encantó y en cada mercado que encontrábamos nos pedían una. Normalmente hay varias paradas del mercadillo que lo hacen y acostumbra a valer entre 50 y 80 CZK (2-3 euros aproximadamente).
Una vez comido el Trdelník de turno, entramos en el Centro Comercial Paladium a comprar en el supermercado para cenar y nos retiramos ya al apartamento.
Segundo día en Praga
Habíamos dejado para el domingo la visita al barrio judío de Praga (Josefov) ya que el sábado es festivo para los judíos y están cerradas las principales visitas. Antes de llegar, y de camino, aprovechamos para visitar algunas de las famosas y llamativas esculturas que hay por Praga.Empezamos por la llamada Horse de David Cerný, situada en el Pasaje Lucerna, y que representa a San Wenceslao montando a un caballo muerto.
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Horse de David Cerny |
Después fuimos hasta Charvátova donde está la escultura de la cara en movimiento de Frank Kafka, y hasta la escultura de Sigmund Freud colgado, ambas también de David Cerný.
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Cara en movimiento de Franz Kafka (David Cerny) |
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Sigmund Freud colgado (David Cerny) |
Finalmente, ya en el barrio judío y al lado de la Sinagoga española está el Memorial a Franz Kafka de Jaroslav Rona.
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Memorial a Franz Kafka (Jaroslav Rona) |
Llegamos a la taquilla que está justo a la salida del Antiguo Cementerio Judío y compramos la entrada familiar del Tour 2 (Jewish Museum in Prague). El precio para familias de hasta 2 adultos y 4 niños es de 330 CZK los adultos y 100 CZK cada niño, por lo que nos costó un total de 960 CZK (unos 37 euros aproximadamente). La entrada incluía la visita al Antiguo Cementerio Judío, Sinagoga Klausen, Sala Ceremonial, Galería R. Guttmann, Sinagoga Maisel, Sinagoga Pinkas y a la Sinagoga Española. La visita estrella es la del cementerio antiguo, no obstante, hay tal cantidad de gente visitándolo que pierde un poco la gracia.
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Antiguo Cementerio Judío |
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Sinagoga Española |
Para comer fuimos a un restaurante muy cercano en el mismo barrio de Josefov, el Lokál Dlouhááá (Donde comer en Praga: algunas recomendaciones).
Después de comer nos fuimos hasta el Puente de Carlos (Karlův most) y cruzamos hasta el barrio de Malá Strana. Visitamos el Lennon Wall, el muro homenaje a John Lennon que empezó a pintarse a raíz del asesinato del artista y paseamos por la Calle Nerudova. Nos sentamos a tomar un café calentito y cuando salimos ya era de noche y estaba nevando de una manera considerable. Los niños, por supuesto, encantados, era lo que esperaban con más ganas del viaje.
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Lennon Wall |
Aprovechamos para volver al Puente de Carlos, que con la nieve y la luz del atardecer ofrecía una imagen preciosa. Estuvimos un buen rato en el puente jugando con la nieve y echando fotografías, después seguimos callejeando por Staré Město hasta encontrar alguna parada en algún mercadillo donde comprar Trdelník para los niños. Nos retiramos al apartamento a cenar y a dormir.
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Puente de Carlos (Karluv Most) |
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Puente de Carlos (Karluv Most) |
Tercer día en Praga
Habíamos dejado para el lunes la visita al Castillo de Praga (Pražský hrad) pensando que quizás encontraríamos menos turistas que durante el fin de semana. Como estaba en la otra punta de la ciudad, esta vez sí que fuimos en metro.
Llegamos sobre las 10 de la mañana y en el Castillo había bastantes grupos escolares haciendo la visita, era día lectivo en Praga. Nos fuimos a la Oficina de información y compramos la entrada combinada familiar del Circuito B que costaba 500 CZK (unos 19 euros aproximadamente). Con esta entrada tienes derecho a visitar el Antiguo Palacio Real, la Basílica de San Jorge, el Callejón del Oro y la Catedral de San Vito (Chrám svatého Víta). Es realmente la visita a la Catedral y a sus magníficos vitrales lo que merece más la pena, aunque se puede ver un poco por dentro incluso sin pagar la entrada.
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Catedral de San Vito |
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Vitral de la Catedral de San Vito |
Justo al salir del Castillo pudimos presenciar el famoso cambio de guardia ceremonial que se realiza a las 12 del mediodía en la salida del Castillo en Hradčanské náměstí. Nuestra intención era visitar el Monasterio de Strahov (Strahovský klášter) antes de ir a comer, pero cuando llegamos vimos que estaba cerrado al mediodía y no nos daba tiempo de esperarnos, así que aprovechamos para hacer una parada técnica justo en la Cervecería del Monasterio famosa, como no, por su Cerveza artesanal que no nos defraudó para nada.
Era ya mediodía y fuimos a comer al restaurante U Magistra Kelly que está en el mismo barrio de Malá Strana, ya en dirección al centro de Praga (Donde comer en Praga: algunas recomendaciones).
Por la tarde, después de comer, bajamos por los callejones de Malá Strana hasta llegar otra vez al muro de John Lennon y aprovechamos para visitar la Isla de Kampa, donde hay unas bonitas vistas del Puente de Carlos y donde también se pueden observar unas curiosas esculturas de David Černý de unos bebés gigantes sin cara.
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Bebés gigantes sin cara de David Cerny |
Para terminar la ruta escultórica de David Černý fuimos después hasta el patio del Museo de Franz Kafka, en el mismo barrio de Malá Strana, donde está su obra que representa a dos hombres orinando. Curioso.
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Hombres orinando de David Cerny |
Ya empezaba a atardecer y decidimos pasar la última tarde del viaje recorriendo de nuevo el Puente de Carlos, la Plaza de la Ciudad vieja, callejeando por Staré Město para hacer alguna compra y, como no, comiendo algún Trdelník para merendar y un vino caliente para pasar el frío (opción de mosto sin alcohol calentito para los niños).
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Plaza de la Ciudad Vieja |
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Vino y zumo de manzana caliente en los Mercados navideños |
Paseamos por los mercados navideños de la Plaza de Venceslao (Václavské náměstí) y de la Plaza de la Paz (Náměstí Míru) y nos retiramos al apartamento a cenar y a dormir. Al día siguiente nos marchábamos por la mañana hacia Barcelona, no sin antes hacer una última parada para desayunar unos Trdelník antes de coger el metro en Náměstí Míru.
En resumen, Praga en diciembre es una excelente opción de viaje para disfrutar de los mercados navideños, especialemente si vas con niños.
En resumen, Praga en diciembre es una excelente opción de viaje para disfrutar de los mercados navideños, especialemente si vas con niños.